¿Qué es el design thinking? 5 pasos muy claros
El design thinking es una método para desarrollar nuevos productos y servicios aplicando la creatividad. Su propósito pasa por buscar la innovación. Y siempre pensando en las personas. Si se trata de un producto que ha de salir a la venta, tratará de comprender qué necesita y quiere el usuario final.
El design thinking aboga por poner el foco en el proceso de diseño y no tanto en el producto final. Pues ese producto solo podría ofrecer garantías de éxito si durante su creación se han tenido en cuenta los factores necesarios.

El proceso
La metodología del design thinking se enfoca en cinco pasos muy claros:
Empatizar. La clave está en el consumidor. Más allá de estudiar datos y estadísticas, el arranque de este viaje se centra en conocer de verdad al cliente.
Definir el problema. Una vez recabada la información del usuario, es hora de focalizar en el asunto a tratar.
Idear soluciones. Es el momento de la creatividad más pura. Lanzar ideas y puntos de vista sin cortapisas, sin que nadie censure a otro por descabellado que pueda parecer el concepto. La lluvia de ideas es una de las técnicas que mejor funcionan, un punto de partida para trabajar y afinar las estrategias. Así se forjarán las soluciones más innovadoras.
Hacer prototipos. Convertimos la idea en realidad. Realizamos prototipos con las ideas pensadas y seleccionadas. Aunque no se trate de un producto (que puede parecer más fácil de materializar), sino que hablemos de un servicio o proceso, es importante encontrar una forma de llevarlo a la “práctica”…
Testarlo. …para poder llegar al quinto punto. Poner a prueba esa idea que sobre la mesa nos parecía tan brillante. El prototipo se testa con usuarios y clientes. Ofrecen su opinión sincera sobre lo que piensan de ese producto. Así se puede trabajar en mejoras y modificaciones.